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Ahora que nadie nos oye

 


Ahora, que nadie nos oye, déjame que te cuente… ¿Cuántas historias habrán comenzado con este preámbulo? Desde meros chismorreos hasta verdaderas confesiones «a corazón abierto», pero todas ellas tienen en común la complicidad entre dos personas. 

Eso es lo que te propongo con esta obra compuesta por treinta y tres relatos. Quiero ofrecerte un momento de paz, solo para ti y para los personajes que viven en el interior de este libro; quiero que te olvides de tus preocupaciones, rutina y demás ruido. Te quiero por entero. Así que, por favor, silencia tu teléfono móvil antes de empezar. Este libro contiene los relatos ganadores de la primera edición del concurso literario mensual El Tintero de Oro.

De la sinopsis del libro Ahora que nadie nos oye.



Los cuentos que aparecen en esta antología son: "Cuando llueve sobre las islas" (página 21), "En la orilla" (página 53) y "El vuelo de las gaviotas"(página 91). Los tres relatos mencionados pertenecen al libro Escarcha.

Cuentos obstinados




La plataforma ROI, idea y realización de la EDITORIAL DUNKEN, vuelve a tomar relieve al poner en letras de molde las obras de numerosos autores independientes, en este caso cuentistas.

Podríamos decir que el género cuento tiene tantos seguidores como hacedores, es decir, todos alguna vez hemos relatado vivencias reales o de ficción y también las hemos disfrutado contadas y referidas por otros.

Entonces, ¿qué mejor que un cuento para hacer que ruede una historia?

Al decir de muchos estudiosos de la conducta humana, conocernos y expresarnos libremente —en este caso a través de la palabra escrita— es la mayor obstinación del hombre junto con el deseo de ser feliz, y estas conductas que son comunes a todas las épocas han servido para escribir la verdadera historia universal, aquella que desnuda conflictos, sueños, cuestionamientos, angustias, esperanzas, sueños, laberintos de luz y de tinieblas.

Dichos sentimientos abarcan los relatos y cuentos de esta antología que tuve el placer de compilar y a la cual titulé "CUENTOS OBSTINADOS" porque todos ellos han querido trascender, cruzando hacia el universo que los lectores habrán de depararle, el infinito cosmos de la imaginación.

Cada autor compartió en primera persona (aunque en la narrativa optara por la segunda o la tercera) una escenografía propia de su talento, y que, al ser recibida por el lector, habrá de duplicarse en otra primera persona. Asimismo, esa nueva mirada y diversa reflexión multiplicará la trama inicial, logrará que la historia perdure en diferentes paisajes, enriqueciéndola y tornándola sempiterna.

Coincidamos en que este milagroso designio conforma el entrañable oficio de escribir. Libertar la palabra con intención de que muchos otros puedan erigirla en millones de voces que pueblen un mundo más noble y, por ello mismo, más dichoso.

Por tal motivo, sean bienvenidos quienes se aventuren a bogar la magia que aporta esta expresiva y aguda selección.

Del prólogo del libro, por Marita Rodriguez-Cazaux


En la página193 aparece el cuento "Baboo" que pertenece al libro Cielo rojo.

66 relatos compulsivos



Tuve la mala fortuna de conocer a Charles Perrault en la edad adulta. No voy a darles la brasa contándoles que mi mamá no me compró libros ni me contó cuentos a la hora de dormir, ni voy a revelarles que fue esa la razón por la que en cuanto mi mujer me dijo: «Madison, estamos embarazados», encargué en la librería de mi pueblo un recopilatorio de Perrault para mi hija «B».

Desde entonces hasta la fecha, he comprado libros a punta de pala a mi mujer y a mis hijas en sus cumpleaños, por San Valentín, por el día de su santo y, por supuesto, en Navidad. Incluso, aquella vez que mi hija «B» y su chico iban a dejarlo, aparecí con: «Cada cuánto tiempo hay que echar a lavar los pijamas», de Luis Piedrahita y una botella de Mezcal. «B» y su novio, Aless, rieron tanto con el fragmento que les leí que hicieron las paces, y que conste que no se trataba en absoluto de la magia del mezcalito que bajaba a raudales por mi gañote, sino de la oralidad de Piedrahita.

Pero estén tranquilos, gente, que no vengo a contarles con qué detergente Luis Piedrahita lava sus pijamas ni a hablar de los pijamas de franela que la Preysler le compra a Mario Vargas Llosa por estas fechas para hacerle más cómodo el proceso de novelar ni de los míos propios (yo no uso pijama). Hoy ni siquiera vengo a contarles de qué color son los pijamas de la escritora Susana Pons o lo que es lo mismo, Sue Celentano, compiladora de la antología que hoy presento con inmenso placer.

Lo que sí les cuento es que, además de capitanear este navío literario, Sue es la creadora de la comunidad «Relatos Compulsivos» alojada en la plataforma Google+, en el aire desde el año 2016. La comunidad cuenta a día de hoy con quinientos cuatro autores en plantilla de los cuales veintidós se han sumado al proyecto que consta de sesenta y seis relatos que harán las delicias de lo amante de lo breve, elaborados por autores de diversas nacionalidades: argentina, cubana, española, uruguaya y peruana, que nos muestran su arte de contar historias a fuego lento en la trastienda de la comunidad, con los mejores ingredientes.

Les doy mi palabra que los veintidós llevaban sus pijamas mientras escribían los relatos recogidos en esta maravillosa edición titulada: «66 relatos compulsivos», escritos para participar en los distintos retos que Sue Celentano plantea quincenalmente a sus comuneros.

Sé que ahora mismo están ansiosos porque yo desembuche si Sue lleva pijama de franela o de seda, escafandra o batín mientras teclea en su ordenador sus victorianos cuentos, pero solo existe una persona capaz de responder a esa pregunta: Raúl Ríos, esposo de Sue, impulsor del proyecto y culpable número uno de que este libro ahora esté en vuestras manos.

Estoy seguro que a Perrault le hubiera encantado difundir por donde hiciera falta y a como diera lugar esta antología, por aquello de que todo escritor fue en sus comienzos anónimo. Perrault no está, de modo que nos toca a nosotros, los lectores, completar el trabajo que han comenzado estos fantásticos veintidóa autores y sus mecenas.

¡Buena lectura!

Del prólogo del libro, por John Madison 



El relato "Estatuas de sal" aparece en la página 199.  
El cuento "Ella vino a pensar esta noche" publicado en la página 201 pertenece al libro Escarcha.
En la página 205 aparece el cuento que da el nombre y pertenece al libro Cielo rojo .

Trenes



Bajo un mismo paraguas temático, EL NARRATORIO EDICIONES ha realizado una cuidada selección de los relatos enviados al concurso abierto a tal fin en 2019 y, con ellos, ha compilado su primera antología en papel.

Esta selección cuyo nombre es Trenes, sin duda se ha visto enriquecida por los distintos matices de la literatura hispanoamericana lo cual potencia la calidad del todo con su diversidad de voces narrativas. 

Sobria, sin prólogo, esta publicación permite que cada uno de los veinte cuentos que la conforman hable por sí solo y siembra en el lector la necesidad de indagar acerca del recorrido literario de los autores. 


En la página 23 aparece el cuento "El gofio" que pertenece al libro La rotación de las cosas.

Mientras tanto la pandemia



Cuando se declaró la pandemia en los primeros meses del año 2020 recordando la emoción con que escuchaba las historias de aquella gente de a pie, me pregunté cuál será el registro que quedará cuando se hable de estos días en el futuro ¿los fríos números o las vidas contadas por nosotros mismos?

Así nace Mientras tanto la pandemia, entre la nostalgia del ayer y el compromiso de hoy. Un registro de lo que sentimos y vivimos desde la perspectiva de lo cotidiano; sin ser estadistas ni eruditos, sino partícipes y testigos de este momento histórico.

La obra colectiva reúne relatos testimoniales y literarios de escritores experimentados o inéditos que narran desde la experiencia su testimonio de estos días, para leernos ahora y releernos en el futuro.

Del prólogo del libro, por Luciana Lucero. 


El relato "A través de la ventana" publicado en la pag 170 de esta antología pertenece al libro todavía no publicado Lana hueca.