La rotación de las cosas


Según el modo de ver de parte de la crítica cada libro debe tener un hilo conductor, un carácter preciso, y ese objetivo la mayoría de las veces no se manifiesta con claridad a los ojos del autor. Por eso, al momento de seleccionar los cuentos, admití ser la persona menos adecuada a ese propósito. Por suerte pude contar, en la tarea de selección o recopilación, con la ayuda y el consejo de quien, con amabilidad y entusiasmo dedicó su tiempo a esta empresa, y puso a disposición su sensibilidad a fin de comprender, aún mejor que yo mismo, el sentido de los escritos.

Fue un trabajo fatigoso pero inestimable. En las sucesivas lecturas y con creciente sorpresa, percibí una impronta común en todos los textos, la cual lejos de distanciarme de la letra, me conducía a la certidumbre de una pertenencia. Sentí, por decirlo así, que todo lo escrito, a pesar de no presentar ningún rasgo autobiográfico, sin embargo, era intensamente mío. 

Seguramente esto poco importa. El autor es alguien invisible, trabaja en soledad, revuelve una sustancia espesa, literaria, con la intención de comunicar algo comprensible, una especie de figura homóloga de alguna posible preocupación interna, única, propia, original, una síntesis insustituible. Y la deja plasmada en un puñado de símbolos agrupados en palabras, oraciones, párrafos. En suma, un manojo de convenciones a ser interpretadas por los lectores, quienes, con cierto esfuerzo intelectual, sin duda leerán historias distintas. Y una y otra vez asomará el encanto o el desencanto. Y, desde allí, al final de esa sumatoria, saldrá el dictamen definitorio. Inapelable.

En «La rotación de las cosas» cada cuento es un objeto cerrado y separado de los demás, pero hay puntos de contacto, escenarios similares, temas recurrentes, obsesiones reiteradas girando en un bucle insidioso. También hay relatos independientes por completo. Algunos han tenido el gusto de ser premiados, otros han sido bien recibidos en distintos ámbitos y el resto de ellos recién ve la luz con esta publicación. Los hay oscuros y luminosos, inocentes y crueles, procaces y discretos. Espero que uno, al menos, sea del agrado de quien tenga el libro en sus manos.


Sinopsis del libro La rotación de las cosas

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