El embarcadero




Me siento en el muelle con las piernas colgando para observar a las gaviotas mientras el crepúsculo lastima la corriente del río. 

El aire está helado, quieto. 

Pienso en vos. Dijiste: «Vuelvo». 

Y aunque confío en la palabra no olvido el abrazo de hielo que me regalaron tus ojos azules en la despedida. 

No sabría decir cuánto hace que te espero. El calor de tu vientre lo sabe, tu ausencia me hunde en este silencio de muerte y el esplendor del cielo muerde el espejo de cromo. Los trinos fallecen en el follaje, sobre la ribera. 

No puedo más. 

Me inclino hacia adelante buscando abrigo en lo profundo.



Este microrelato fue publicado en la revista digital Vestigium (MEDIUM, abr. 2019).

16 comentarios:

  1. Ese cielo que muerde, los trinos que fallecen... Bellísima forma de narrar el dolor, la impotencia y la desolación. Tremendo relato, Ariel.

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    1. Muchas gracias, Marta. Parece mentira pero los textos cortos me llevan casi el mismo trabajo que los más extensos. ¡Besos!
      Ariel

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  2. Es la desesperación del que espera mi querido Ariel,... pero narrado de una manera muy hermosa.
    Un abrazo!

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    1. Ese el nombre exacto del sentimiento. Muchas gracias por pasar, Norte. ¡Un abrazo para ti!
      Ariel

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  3. Notable manifestación de la angustia ante el drama de una ausencia. Sentir aquello que nos falta y no saber que hacer con la carencia. Toda la desolación de la espera. Excelente Ariel!

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    1. Una espera interminable que no puede soportar y solo atina a hundirse en la decisión fatal.
      Muchas gracias, Néstor!
      Ariel

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  4. Me encantan tus relatos breves. En pocas pinceladas, llenas de sentimiento y belleza, pudiste expresar la incertidumbre de una espera que se sabe inútil, del vacío que trae y la imposibilidad de afrontarlo.
    Felicitaciones por la publicación, Ariel.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Mirella, me alegra que te gusten estos micros. Un abrazo!!
      Ariel

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  5. Es muy profundo e intenso tu relato. Es curioso y da escalofrío pensar que tu protagonista sabía que ella no iba a ir desde que le vio por última vez, aún así confiaba en lo imposible. Al final se dio por vencido. Un relato fantástico. Enhorabuena.

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    1. Vaivenes de las ilusiones cuando deseamos que algo lindo ocurra.
      Muchas gracias por tu comentario tan bonito, Manuela.
      Ariel

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  6. Ahogarse con las propias palabras antes de que con las acciones ajenas es la decisión más difícil de tomar.

    Saludos,

    J.

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    1. Y a veces la desesperación es más violenta que el juicio.
      Un saludo, José.
      Ariel

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  7. ¿Cómo haces para emocionarnos?
    Un beso amigo Ariel

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    1. La soledad me suele llevar a estos lugares, Isabel. Un beso, amiga.
      Ariel

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  8. Me ha encantado es corto y dices tanto saludos

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